PREGÓN
Romances de ciego los llaman,
dicen que no vemos ná
¡ya quisieran ver algunos
lo que yo tengo que tocar!
Aquí me han traído
las gentes del lugar
a decir cuatro verdades
en la fiesta medieval.
Soy un ciego que camina,
con su lazarillo a cantar,
lo que veo con mis manos
y con éste gran zagal.
Por la Puentecilla
el amor encontró mi niña
***
Cuando suene la campana
y el sonido del badajo
se extienda por sus calles
desde las eras de arriba
hasta las eras de abajo.
Arbanconeros de ayer,
arbanconeros de hoy,
arbanconeros de mañana,
reuníos bajo el olmo
que el alcalde os reclama.
Dejad vuestras labores,
que la fiesta medieval
espera vuestra presencia
y está a punto de estallar.
Si al Sotillo vas
violetas encontrarás,
si del Sotillo vienes
¡ay amor, cómo me dueles!
***
Renovaremos el título
de villa municipal
que el Rey Carlos de España
en el siglo XV vino a otorgar.
Visitad vuestra iglesia,
el Retablo admirad
y reconoced el agua
de vuestra pila bautismal.
Al techo no miréis
para no os asustar
de una herida que recorre
su columna vertebral.
Contemplad sus pinturas
y sus legajos ojead
donde están vuestras raíces
y vuestra primera meá.
La torre de mi pueblo
no la puedo olvidar,
porque la tengo amor
cariño y amistad.
La torre de mi pueblo
No la puedo olvidar.
***
A lo largo del día
visitad los artesanos
contemplad sus maravillas
y ¡coño! dejarles algo.
Visitarán vuestro pueblo
hombres de todo lugar
que vendrán a vuestra villa
a sus calles admirar.
Recibillos de buen agrado
y dejadles pasar,
sin olvidar la cortesía
invitarles a yantar.
Sacadles una cerveza
o un par de ellas, no más,
y si siguen insistiendo
invitadles a pagar.
Enseñadles los aperos
que usabais pa labrar
decidles cómo se emplean
por si los quieren usar.
Llevadles luego a la huerta
y ponedles a practicar
que sepan cómo se saca
la harina para hacer pan.
Que conozcan las fuentes,
las plazas y el lavadero
y que tengan mucho cuidado
con las pulgas en el pandero.
Subidles a la Salceda
bajadles a la Soledad,
llevadles a la Solana
y después hasta el Hogazal.
Que sepan que en Arbancón
hay puntos cardinales,
que orientan a los hombres de día
y de noche a los animales.
La Virgen de la Salceda
allá arribita te espera
***
Que estamos en la Ruta Dorada
a lo mejor no los sabías
yo te lo diré, amigo,
“Es el camino de las viñas”
Entra por Sancho Barba,
nombre de rey sin afeitar,
llega a San Agustín,
donde hubo un pueblo colonial,
trepa al Oyo-Trijueque
y sube a Valdelasanchas
pa llegar a la Raya
donde se extiende y descansa.
Allí se lo prestamos
a los de Romerosa
donde pa la Virgen del Rosario
íbamos a sacar novia.
Si tiras para las viñas
puentes, aliagas y ruinas
***
Arbanconeros de pro,
explicad a los visitantes
lo que es el “turismo rural”:
el yacusi lo tenemos
en la balsa de Carrallano
y los masajes se los da
cada uno con su mano.
En la Huerta el Caz
las ranas te cantarán
***
Si te molesta la botarga
en cualquier esquina o plaza
dale un par de euros
y verás cómo se larga.
Si te sigue molestando
invítala a cerveza,
que beba hasta doblarse
y duerma una buena siesta.
Y en llegando al Otero
agua, tomillo y romero.
***
Por la tarde acudiremos
a los cuentos y pitangas
para crear en los niños
ilusiones y parrandas.
Al final de la jornada
nos comeremos unas migas
pa to el que se acerque
y quiera compartirlas.
Y ya entrada la noche
comeremos y beberemos
y cuando salga la luna
a la cama nos iremos.
En las fiestas de Arbancón
bollos, vino y revolcón
***
Adiós Arbanconeros,
vecinos de este lugar,
que el vino os espabile
y también el buen yantar.
Si al Sotillo vas
violetas encontrarás,
si del Sotillo vienes
¡ay amor, cómo me dueles!
El ciego, José A. Pinel, y su lazarillo. Arbancón, 21 de junio de 2008
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